(La vida secreta de los libros o de porque los libros tienen otras vidas)
Por Santiago Posteguillo
Ensayo (Editorial Planeta)
Santiago Posteguillo es profesor titular de lengua y literatura inglesa en la Universitat Jaume I y doctor europeo por la Universitat de Valencia, España, estudió literatura creativa en Estados Unidos y lingüística, análisis del discurso y traducción en el Reino Unido. Ha publicado Africanus, el hijo del cónsul en 2006, Las legiones malditas en 2008, La traición de Roma en 2009 y Los asesinos del emperador en 2011. A su vez ha sido un escritor galardonado con varios premios por su trabajo.
En este delicioso texto del que nos ocupamos, Santiago Posteguillo hace una mezcla de historia y buen humor para contarnos los entretelones que llevaron a que tanto escritores como sus obras literarias, ya convertidas en clásicos de la literatura universal, hubieran llegado a buen puerto. O sea, obras artísticas que por diversos medios y dificultades fueron publicadas y llegaron a ser un bien en el futuro literario de la humanidad.
Hay diversidad, aunque en su mayoría están cercanas a su cultura europea, pero es de anotar que casi todas hacen parte de la gran literatura. Sin embargo, es una bolsa de dulces donde cada lector por su cuenta disfrutará de unos como de otros relatos sobre determinadas obras.
Yo me atreveré a recomendar los de mi gusto y aquellos que aprecio por su construcción amena. El primero de ellos es Los vikingos y la literatura, donde se aventura a contarnos como los escandinavos fueron un gran aporte a la civilización y en un lugar tan encantador como difícil, Irlanda. El otro, El autor secreto donde nos cuenta las ventajas y a su vez dificultades por las que pasa un escritor que necesita vivir en el anonimato. Uno de los que últimamente se habla bastante por su carácter oscuro es William Shakespeare y lo hace muy bien nuestro escritor en el texto ¿Escribió Shakespeare las obras de Shakespeare?El que a mi parecer disfruté fue el relato que da título al libro La noche en que Frankenstein leyó el Quijote, donde nos ilustra esa magnífica noche que fue para la literatura el encuentro de los esposos Shelley y Lord Byron. Para continuar deleitándonos de los secretos de los libros nos encontramos con Dostoievski y la historia de cómo logró terminar Crimen y Castigo y a la vez crear El jugador en el texto Veintiséis días. Eso sí, sin dejar de mencionar El KGB y el manuscrito mortal sobre las peripecias de Alexander Solzhenitsyn. Aunque no dejaré de mencionar a esa gran escritora que fue Jane Austen en el relato Primeras Impresiones.
Sí, las primeras impresiones que nos dan las historias a veces nos traicionan y apartan de acercarnos a la buena literatura tras los libros. No sabemos aún que grandes obras literarias actuales estamos dejando a un lado y son parte de nuestro menosprecio. Quizá, debemos estar al acecho de las buenas historias siempre, abiertos a la literatura como detectives y no dejar a un lado nada sin que ni siquiera le podamos meter el diente.
Norman Muñoz Vargas
Junio 16 de 2015
12:15 a.m. Tuluá.