La novela de Marc Levy (Boulogne-Billancourt, 1961), La Química secreta de los encuentros, editada en español en el 2012 por Planeta, es un placer desde la apuesta de su portada: “¿Y si acabas de cruzarte con el amor de tu vida… y no lo sabes?”
Esta encantadora novela es una panacea entre tanto bullicio y violencia, que rodea nuestro diario vivir, aunque en ella hay pasajes históricos de gran carga dramática y virulencia, olvidados por muchos en la historia reciente de las naciones. Detrás del contexto de los viajes y los datos históricos nos encontramos con Alice, una perfumista o nariz, que trata de afianzarse en el difícil mercado de los perfumes en Londres y de lidiar con su vecino, pero a partir de un viaje con un grupo de amigos y la lectura de su destino por parte de una gitana debe decidir entre encontrar al hombre de su vida o continuar su diario vivir como lo conoce: “El hombre más importante de tu vida acaba de pasar por detrás de ti. Para encontrarlo deberás hacer un largo viaje y localizar a las seis personas que te conducirán hasta él… Hay dos vidas en ti, Alice. La que conoces y la que te espera desde hace tiempo”.
Marc Levy ha escrito un poco más de quince novelas de gran éxito comercial. Su estilo directo y sencillo lo hacen un vuela páginas. Cada obra está plagada de abundantes personajes, donde la interacción de las parejas es un logro en un mundo dominado por la tecnología. Sus argumentos se centran en la necesidad de encontrar al otro, ese por el que no somos felices o estamos incompletos. En un mundo, poblado por millones de personas y en ciudades de multitudes, encontrar lo que llaman el verdadero amor es una odisea y Levy lo tiene tan claro que no escatima ningún recurso para que su protagonista encuentre lo que desea o necesita para ser feliz.
Que Marc Levy tenga la fortuna de ser muy exitoso, de haber logrado que una de sus obras, Ojalá fuera cierto, fuese llevada al cine con igual fortuna y ser uno de los escritores franceses más leídos en el presente siglo, no lo exime de una evaluación de la calidad y profundidad de sus obras. Sin embargo, no me referiré a eso sino a que este libro en particular me cautivó y que una historia de amor seguirá siendo la mejor excusa para escribir una novela, un cuento o un poema y a su vez el enorme placer de leerla, como un niño que aprende las primera palabras.
Norman Muñoz Vargas
Tuluá, Agosto de 2017.